Símbolo de estatus para algunos y un compañero insustituible de los alimentos para otros, el vino es ese elemento de la cocina que sin duda llena de distinción la mesa en donde se ofrezca.
Pero esta bebida también forma parte de un mercado que no decae: el Vitivinícola.
En países como México, es una industria que va a la alta con 14 estados que producen esta popular bebida. Además este mercado es la segunda fuente de trabajo más importante en el sector agrícola mexicano generando aproximadamente 500 mil empleos.
Ser experto en vinos
Como habrás escuchado, existe una profesión que ha cobrado mucha popularidad en el mundo vitivinícola, el sommelier, que es conocido como un especialista en vinos.
El sommelier es capaz de reconocer las características, defectos y virtudes de esta bebida, por lo que uno de sus trabajos principales es participar en catas de vino, seleccionar los mejores, compararlos y recomendar cuáles debe vender un resturante, sus maridajes, etc.
También dentro del mundo de los vinos existe la labor del enólogo, este profesional supervisa cada parte de la cadena de producción, almacenaje, análisis, conservación, embotellado y en algunos casos hasta la comercialización.
Por consiguiente, a la técnica y ciencia que se encarga de la elaboración del vino se le conoce como enología.
Esta se trata de una serie de conocimientos para el desarrollo y proceso de producción del vino, desde la recolección de las uvas hasta la forma de conservación.
¿Cómo convertirse en experto en vinos?
Este es un breve recuento de lo que se necesita para saber de vinos.
Estudiar la uva y región
El cuerpo o “carne” de la uva, en su mayoría, es incolora y es su “piel” también llamada hollejo la que imprime el color tanto al fruto como a la bebida que se derive de él.
La uva púrpura es la que imprime el color tinto al vino en la fermentación (la transformación de azúcares del mosto en alcohol). Por lo tanto, y salvo algunas excepciones, las uvas negras con su hollejo son para el tinto, y las blancas para el blanco. En los rosados, por otro lado, se mezclan blancas y tintas con parte de hollejos. Esto por mencionar uno de los tres métodos que existen para esta labor.
Además, cada uva tiene un sabor propio que le permite ser distinguida por un paladar educado.
Conocer el tipo de vino
Existen varias clasificaciones. La más básica o conocida es la que se hace por medio de su dulzor y por su edad. En la primera se diferencia entre secos (de 0 a 4 g de azúcar por litro), semi secos (de 5 a 12 g/l), semidulces (de 13 a 45 g/l) y dulces (más de 45 g/l).
Realizar catas de vino
La práctica hace al maestro y, en este caso, practicar la habilidad para reconocer un vino por su sabor, olor y cuerpo, requiere mucha práctica y agudizar los sentidos.
Por eso las catas son parte de lo que necesitas para ser un experto en vinos.
El proceso de cata es el siguiente: Primero se trabaja la vista, después el olfato y, por último, el gusto.
Hay que tener en cuenta que los enólogos y sommeliers llevan años de práctica y son capaces de recordar infinidad de olores (hasta 10.000 puede almacenar en la memoria el ser humano). La única manera de ser un experto es a través de la práctica.
Calidad, servicio y protocolo
El experto en vinos sabe también de protocolo. Desde cómo servir hasta el tipo de copa que va con cada vino. Existe un tipo de copa para cada tipo de vino, conocer las diferencias entre ellas y saber cuál elegir, es algo que sólo se puede estudiar.
Por ejemplo, un jerez se tomará en una copa de oporto que es una copa algo menor en tamaño; la copa riesling, más pequeña y con poco abombamiento, es perfecta para vinos blancos jóvenes y sin madera; y las copas más amplias serán para tintos jóvenes o blancos con crianza.
También existen las copas de Burdeos, más grandes que las de cerveza para que el vino se airee; y las de Borgoña, todavía más abiertas para apreciar el bouquet (las sensaciones olfativas de un vino de crianza en su punto óptimo).
¿Dónde aprender más de vino?
Definitivamente, para ser llamado sommelier se requiere aprobar un programa reconocido a nivel internacional que se mantiene constantemente actualizado con respecto a todos los vinos lanzados a nivel mundial, y las diferentes tendencias gastronómicas.
Pero se puede ser conocedor de vinos de diversas formas, por ejemplo, puedes convertirte en un experto en su almacenaje y comercialización.
Lo que es un hecho, es que para adquirir la experticia en la industria vitivinícola, debes prepararte de manera formal y aquí te presentamos algunas opciones de educación si eres amante del vino.
Busca profundizar los conocimientos relacionados con la industria vitivinícola del mundo, reconociendo su origen, evolución histórica, desarrollo y situación actual.
En él estudiarás las principales regiones productoras del mundo, las características de sus uvas y sus diferencias, así como el análisis sensorial de algunos vinos representativos de cada una de estas zonas.
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