Llevo más de 30 años en el área de admisiones, y a lo largo de este tiempo he conocido a cientos de jóvenes que se acercan a mí con una idea clara: "Quiero estudiar esta carrera porque me gusta hacer tal cosa".
Y siempre les respondo lo mismo: Elegir una carrera es tan importante como decidir con quién quieres compartir tu vida.
Cuando piensas en escoger a tu pareja para toda la vida, no tomas la decisión solo porque alguien te parece atractivo. Pasas tiempo con esa persona, la conoces, descubres si sus valores y personalidad son compatibles con los tuyos, si te inspira, si te llena de orgullo y si te imaginas construyendo un futuro a su lado.
Así debe ser también con tu profesión y con la universidad que elijas. No basta con que te gusten las instalaciones o el nombre de la carrera o porque todos tus amigos se van a esa universidad . Pregúntate:
- ¿Me apasiona lo que voy a estudiar?
- ¿El plan de estudios me emociona?
- ¿La comunidad universitaria me inspira?
- ¿Puedo generar relaciones valiosas para mi futuro profesional (networking)?
- ¿Qué tan reconocida es la universidad en el país y en el mundo?
Uno de los ejercicios que siempre recomiendo es este:
Escribe cómo te ves en 5, 10 y 20 años.
¿Qué quieres lograr en lo personal y en lo profesional? ¿Qué tipo de persona sueñas ser?, ¿A quién admiras y por qué? Cuando tienes claro tu destino, es más fácil trazar el camino que te llevará hasta ahí.
Y recuerda: no tomes decisiones solo por dinero o por fama. Elige aquello que realmente te llene el alma. Si logras vivir de lo que te apasiona, entonces tu trabajo no se sentirá como una carga, sino como una fuente constante de realización.
Si tienes la oportunidad de tomar un curso preuniversitario que te permita hacer una inmersión real en la industria y en la universidad, ¡hazlo!
Es, sin duda, el mejor tiempo y dinero que puedes invertir. Te permitirá experimentar de cerca la carrera que tienes en mente, conocer cómo se vive el día a día y asegurarte de que es lo que realmente quieres.
Además, no te conformes con una carrera que solo te ofrezca teoría. Hoy el conocimiento está al alcance de un clic, disponible 24/7 desde cualquier dispositivo.
Busca una universidad que te enseñe más que eso: que te enseñe a aprender a aprender, a aprender a ser, a aprender a hacer y a aprender a innovar.
Elige una universidad donde los profesores no solo enseñen desde un aula, sino que también estén activos en la industria en la que tú te vas a desarrollar.
Un profesor que vive los retos reales todos los días será el mejor guía para prepararte para enfrentar los desafíos del mundo profesional.
Busca una universidad donde no seas solo un número, donde te conozcan por tu nombre, donde comprendan tus inquietudes, tus talentos y tus aspiraciones. La educación personalizada transforma vidas. Y tú mereces una formación que se adapte a ti, no al revés.
Y sobre todo: Confía en ti. Escucha tu voz interior.
Es verdad que muchas veces nuestros padres quieren que sigamos una tradición familiar, pero recuerda que esta es tu vida. No estudies lo que ellos habrían querido ser. Escúchalos, valora sus palabras, pero elige lo que te haga sentirte pleno, auténtico, realizado.
Porque al final, tú serás quien camine ese camino todos los días. Y merece la pena que ese camino sea verdaderamente tuyo.
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